De los cinco conciertos para piano de Beethoven el más famoso es, sin duda, el quinto, llamado emperador. Es el más prototípicamente del autor por su fortaleza y ayuda a su gran popularidad esa posible alusión a Napoleón en el título. Sin embargo para muchos entre los que me incluyo, el cuarto, el que presentamos , es el favorito por poseer otras cualidades más serenas y armónicas. En el primer movimiento una frase de piano se va amplificando y llegando a la orquesta. En el segundo movimiento , Andante con Moto , asistimos a un espectacular diálogo entre el rugido de la orquesta y la dulzura del piano. Conforme la música se va desarrollando el segundo vence a la primera. Algunos intérpretes del romanticismo vieron en el pasaje la representación de Orfeo que con su dulce canto aplacaba a las fieras.Por último un Rondó rompe la tensión en el último movimiento. Interpretan dos artistas procedentes de la Europa del Este: el entonces soviético Emil Gilels al piano y el alemán oriental Kurt Sanderling dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Praga.
Primer movimiento: Allegro moderato.
Segundo movimiento: Andante con moto.
Tercer movimiento: Rondo, Vivace.
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