La figura de Hildegard von Bingen destaca en el siglo XII no sólo como autora musical sino también como mística y escritora. Como tantos otros místicos tuvo problemas con la jerarquía eclesiástica que impidieron que llegaran a hacerla santa. Como ocurre con autores de está época la ejecución de su música en la actualidad requiere un gran trabajo previo de investigación y alguna suposición creativa. Superados esos escollos, como hace brillantemente el grupo Anonymous 4, lo que nos queda es una música celestial : su autora claramente alcanzó un nivel de espiritualidad que roza lo inexpresable y que a pesar puede llegarnos a lo más íntimo.
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