Siguiendo con las trampas temporales, nos pasamos al día de año nuevo y a la apoteosis del vals que supone el tradicional concierto que se celebra en Viena. El vals como el arroz caldero, el gazpacho o el tango ha surgido de lo popular y ha ido alcanzando a las más altas capas de la sociedad hasta parecer el culmen de la elegancia. Los conciertos de año nuevo de la Filarmónica de Viena continuan con la tradición que inició la familia Strauss. Hoy día la sala está llena sobre todo de japoneses adinerados que son los que pueden pagar los altos precios de las entradas.Afortunadamente se ve en televisión desde todo el mundo. En la edición de este año debuta Franz Welser-Möst. Yo prefiero destacar la edición de 1989 con un director, Carlos kleiber, que es uno de mis favoritos y del que ya hablé hace tiempo ( http://calendariomusical.blogspot.com/2010/09/1-movimiento-primera-parte-1-movimiento.html ) La pieza es la que cierra el concierto, la Marcha Radetsky con las palmas que se le permiten al público. Feliz 2011 para todos.
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